domingo, 9 de enero de 2011

Lo que el alcohol escribe... / José Di Marco




















Ambas. Yavi, Jujuy.
Foto: Alexis Comamala



Lo que el alcohol escribe zigzaguea

y el que su huella sigue

a cada paso mental tropieza

no con el mundo,
 


sino con esa piedra ciega

que el lenguaje es cuando

urgente reclaman las cosas

su nombre propio.

 

Cuestión de realismo

y de poner la lengua

a la altura del zócalo

para darse una visión del mundo

 

que en vez de hacer una molienda

de los ojos, los oriente

a través del polvo subjetivo,

en línea recta,

hacia el entorno que rechina.

 

¡Lo real, sí, lo que golpea,

lo que hiere,

la rabia de la historia,

los gritos del presente!

 

Pero el que bebe,

con elegancia y método,

ve duplicado el mundo

y dos frases, siempre,

le salen al encuentro.

 

Equivocadas ambas

lo confinan

a ese líquido planeta

donde la memoria

exige pleitesía

 

y los muertos queridos,

auspiciosos,

lo invitan a emborracharse

juntos

y en silencio.


José Di Marco (Río Cuarto, 1966)


De Una música anterior, Ediciones Recovecos,Córdoba, 2010.

sábado, 8 de enero de 2011

Los que se saben mover / Rodolfo Privitera


                                                     Foto: Alexis Comamala


A los que se saben mover hay que felicitarlos
porque aprenden desde la infancia
a esquivar todo tipo de accidentes.


Ya en sus largas adolescencias
comienzan con los esguinces
frente a las hojas de otoño
y sus cinturas adquieren tanta habilidad
que sorprenden a su propia naturaleza.


Después
el ejercicio mímico
transforma su piel en gelatina
para recuperar en todo instante
la sonrisa del triunfo.


Y así los que se saben mover
conquistan el mundo con finas palabras
acentuando a la perfección las esdrújulas
y las eses
para esconder la secreta muerte de sus almas.




Rodolfo Privitera (Buenos Aires, ? - 2010)
De Nadar de espalda, Ediciones Argos, Córdoba, 2010.

Dios es un mendigo chiquito" / Cecilia Romero Messein


                                  Foto: Alexis Comamala

dios es un mendigo chiquito hurgándose los pies
escupiéndome saliva con comida cuando habla

ellas cayeron también       
escuchan el filo de los dientes encerrado en la cabeza.
duelen más que dos idiotas 
clavándose alfileres en los ojos para ver líneas
para verlas enemigas criticando o planeando con astucia
estrategias corruptas sobre lo sexual,
sentadas en la parte más sucia de la noche de invierno.

Espero también el cupón que me permita destruirlo todo

desgarrar incólume la piel,   
la humillación del hombre que se acerca
matarlo de a poquito,
esperarlo en la esquina de su fracaso
desarmarle los anillos que lo sostienen para llegar hasta mi.

No existe la piedad fuera de uno misma.
No existe ser buenita mirándolo al dios-madre 
que nos abandona cada vez
no existe llorar como una niña chiquita 
ante los vestigios de su nombre.

Reclamo mi cupón para destruirlo todo,
para llenarme de esqueletitos las manos  

Crecen para adentro                           
de la nuca
de los ojos
de la pollera
de la nariz

Crecen para adentro
los racimos
de estar solos.

Cecilia Romero Messein (Río Cuarto, Argentina 1984)

de Detalles de las moscas sobre el alambre,  Cipres Ediciones, Córdoba, 2010.

Historia del arte / Alberto Girri

Mordimos sobre cuanto existe hasta escarnecerlo, hasta la desvergüenza, una provocación a lo desconocido, un esfuerzo a menudo ...