Ambas. Yavi, Jujuy.
Foto: Alexis ComamalaLo que el alcohol escribe zigzaguea
y el que su huella sigue
a cada paso mental tropieza
no con el mundo,
sino con esa piedra ciega
que el lenguaje es cuando
urgente reclaman las cosas
su nombre propio.
Cuestión de realismo
y de poner la lengua
a la altura del zócalo
para darse una visión del mundo
que en vez de hacer una molienda
de los ojos, los oriente
a través del polvo subjetivo,
en línea recta,
hacia el entorno que rechina.
¡Lo real, sí, lo que golpea,
lo que hiere,
la rabia de la historia,
los gritos del presente!
Pero el que bebe,
con elegancia y método,
ve duplicado el mundo
y dos frases, siempre,
le salen al encuentro.
Equivocadas ambas
lo confinan
a ese líquido planeta
donde la memoria
exige pleitesía
y los muertos queridos,
auspiciosos,
lo invitan a emborracharse
juntos
y en silencio.
José Di Marco (Río Cuarto, 1966)
De Una música anterior, Ediciones Recovecos,Córdoba, 2010.