Siempre mi corazón se abra a las avecillas
que son los verdaderos secretos del vivir
más que el conocimiento vale algún canto suyo
y quienes no las oyen pueden llamarse viejos
mi pensamiento vague siempre hambriento y audaz
y ágil y sediento tal si el domingo fuera
siempre pueda decirse que tengo yo la culpa
pues los hombres que tienen la razón no son jóvenes
y jamás haga yo ninguna cosa útil
y mi amor hacia ti más que sincero sea
nadie ha sido tan necio que no se haya volcado
sobre sí el firmamento con sólo una sonrisa
Hago votos para que sigamos con el corazón abierto a las
avecillas
Hago votos para no siempre tener razón
Hago votos por las cosas inútiles y sinceras
y porque volquemos firmamentos sobre nosotros con sólo una
sonrisa.
Edward
Estlin Cummings (Massachusetts 1894- New
Hampshire, 1962).
En Poemas. Tres Haches. Buenos Aires